(JUAN JESÚS DE CÓZAR) Tengo un amigo que distingue entre libros de autoayuda y libros (así los llama él) de alta-ayuda. No sé si entre estos últimos incluiría “Wonder”, de Raquel Jaramillo Palacio, escritora norteamericana de origen colombiano. Publicado en 2012, se han vendido más de 5 millones de ejemplares en todo el mundo. Y una vez más, cine y literatura se han dado la mano para convertir a “Wonder” en una película que siguiendo la calificación de mi amigo quizá también podría considerarse de alta-ayuda.
Pero antes de hablar del filme, estrenado el pasado 1 de diciembre, vale la pena conocer algunos datos relativos a la génesis del libro, editado en España con el título de “Wonder. La lección de August”. Un día de 2008 se encontraba Palacio con sus hijos en una heladería “junto a un niño –cuenta ella– con graves anomalías craneofaciales, que venía a tener más o menos el mismo aspecto con el que describo a Auggie en el libro”. Su reacción la avergonzó más tarde: eludiendo la cercanía del niño enfermo, se marchó enseguida con sus hijos.
Esa misma noche, mientras se recriminaba su conducta y escuchaba la canción “Wonder” de Natalie Merchant, decidió escribir la historia. La canción comienza con esta frase: “Han venido médicos de ciudades lejanas solo para verme y agacharse sobre mi cama sin creer lo que veían. Dicen que debo de ser una de las maravillas de la creación de Dios, pero son incapaces de ofrecer una explicación”.
Y ahora la película, que ha dirigido Stephen Chbosky y que cuenta con una espléndida pareja de actores adultos: Julia Roberts y Owen Wilson. Junto a ellos, los jóvenes Jacob Tremblay –que ya nos deslumbró por su papel en “La habitación” (2015)–, Noah Jupe e Izabela Vidovic, también magníficos. “Wonder”, el libro y la cinta, nos presenta a August Pullman, un niño de 10 años que padece el síndrome de Treacher-Collyns, que se caracteriza por una deformidad severa en el cráneo y en el rostro. Sometido a 27 intervenciones quirúrgicas, Auggie ha vivido rodeado del cariño y el sacrificio de sus padres, Isabel y Nate, y de su hermana mayor Via. Pero ha llegado el momento de acudir al colegio: una dura prueba tanto para Auggie como para el resto de la familia.
“Wonder” esquiva explícitamente la complejidad y la crudeza en la que podría haber desembocado la historia, para ofrecernos un emotivo relato que encuentra en la sencillez el camino más eficaz para llegar a todo tipo de público. Y, sin sensiblerías, con la dosis justa de dramatismo y un oportuno sentido del humor, sabe abordar temas como el bullying, la unidad familiar, la aceptación de uno mismo y de los demás, la maduración y el aprendizaje personal, el sentimiento de rechazo o la amistad.
Apunten este título, padres y educadores, que propone la amabilidad como camino asequible a todos para construir ese mundo mejor que anhelamos. Una propuesta evidenciada en el consejo que uno de los profesores de Auggie da a sus alumnos: “Cuando puedas elegir entre tener razón y ser amable, elige ser amable”.
Pero antes de hablar del filme, estrenado el pasado 1 de diciembre, vale la pena conocer algunos datos relativos a la génesis del libro, editado en España con el título de “Wonder. La lección de August”. Un día de 2008 se encontraba Palacio con sus hijos en una heladería “junto a un niño –cuenta ella– con graves anomalías craneofaciales, que venía a tener más o menos el mismo aspecto con el que describo a Auggie en el libro”. Su reacción la avergonzó más tarde: eludiendo la cercanía del niño enfermo, se marchó enseguida con sus hijos.
Esa misma noche, mientras se recriminaba su conducta y escuchaba la canción “Wonder” de Natalie Merchant, decidió escribir la historia. La canción comienza con esta frase: “Han venido médicos de ciudades lejanas solo para verme y agacharse sobre mi cama sin creer lo que veían. Dicen que debo de ser una de las maravillas de la creación de Dios, pero son incapaces de ofrecer una explicación”.Y ahora la película, que ha dirigido Stephen Chbosky y que cuenta con una espléndida pareja de actores adultos: Julia Roberts y Owen Wilson. Junto a ellos, los jóvenes Jacob Tremblay –que ya nos deslumbró por su papel en “La habitación” (2015)–, Noah Jupe e Izabela Vidovic, también magníficos. “Wonder”, el libro y la cinta, nos presenta a August Pullman, un niño de 10 años que padece el síndrome de Treacher-Collyns, que se caracteriza por una deformidad severa en el cráneo y en el rostro. Sometido a 27 intervenciones quirúrgicas, Auggie ha vivido rodeado del cariño y el sacrificio de sus padres, Isabel y Nate, y de su hermana mayor Via. Pero ha llegado el momento de acudir al colegio: una dura prueba tanto para Auggie como para el resto de la familia.
“Wonder” esquiva explícitamente la complejidad y la crudeza en la que podría haber desembocado la historia, para ofrecernos un emotivo relato que encuentra en la sencillez el camino más eficaz para llegar a todo tipo de público. Y, sin sensiblerías, con la dosis justa de dramatismo y un oportuno sentido del humor, sabe abordar temas como el bullying, la unidad familiar, la aceptación de uno mismo y de los demás, la maduración y el aprendizaje personal, el sentimiento de rechazo o la amistad.
Apunten este título, padres y educadores, que propone la amabilidad como camino asequible a todos para construir ese mundo mejor que anhelamos. Una propuesta evidenciada en el consejo que uno de los profesores de Auggie da a sus alumnos: “Cuando puedas elegir entre tener razón y ser amable, elige ser amable”.


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