viernes, 26 de enero de 2018

"Los archivos del Pentágono": Spielberg por una prensa libre

(JUAN JESÚS DE CÓZAR) La última película de Spielberg resulta más interesante que entretenida. Interesante porque plantea temas de calado sobre la profesión periodística –el cuarto poder–, su relación con los gobernantes y su servicio a la sociedad. Pero quizá por estar concebida como una sucesión interconectada de duelos orales, “Los archivos del Pentágono” exige del espectador un plus de esfuerzo para implicarse de lleno en la historia.

En cierto modo, el filme de Spielberg podría considerarse una precuela de “Todos los hombres del presidente” (1976, Alan J. Pakula), título paradigmático del género. “Los archivos del Pentágono” no se centra en el periodismo de investigación, leitmotiv de la cinta de Pakula, sino en el ejercicio de responsabilidad que supone la información que cada día alumbran los profesionales de la prensa.

El hecho que vertebra la trama de la película ocurrió en 1971, cuando al Washington Post le llegan anónimamente unos documentos confiden-ciales sobre la participación militar de los Estados Unidos en Vietnam. Desde el punto de vista ético, el contenido de esos “papeles” resultaba escandaloso y dejaba al descubierto la cadena de falsedades oficiales trasladadas al pueblo norteamericano sobre el conflicto vietnamita, consentidas por Truman, Kennedy, Johnson y Nixon, presidente en esos momentos. ¿Debía publicarlos el Post?

Los archivos habían sido sustraídos y filtrados por Daniel Ellsberg, analista militar que colaboraba con el Ministerio de Defensa. Imputado en 1973 por robo y divulgación de documentos secretos, justificó así su conducta en la declaración ante el juez: “Sentía que, como ciudadano americano, como ciudadano responsable, no podía seguir cooperando en la ocultación al pueblo americano de esta información. Lo hice asumiendo personalmente todo el riesgo y estoy dispuesto a responder de las consecuencias de mi decisión”.

Los archivos del Pentágono” acaba de recibir dos nominaciones a los Oscars: a mejor filme y a mejor actriz. Y aquí hay que pararse y descubrirse, porque lo que hace Meryl Streep con su personaje de Katharine Graham, la dueña del Washington Post es para quitarse el sombrero. No importa que a su lado esté Tom Hanks, siempre eficaz, o que la música sea de John Williams  5 Oscars le contemplan, o que la fotografía corra a cargo de Janusz Kaminski con sus 2 Oscars… Streep, que podría ganar su cuarto Oscar, está sublime en su papel de mujer aparentemente frágil y verdaderamente honesta, presionada por un fuerte dilema y rodeada de su familia, empleados, amigos y consejeros, con dispares opiniones.

Película especialmente atractiva para alumnos y profesionales del periodismo, reivindicativa de una libertad de prensa comprometida con la verdad. Una libertad extensible también a otros ámbitos laborales –como el sanitario– que exigen un delicado respeto a la conciencia de la persona.

lunes, 15 de enero de 2018

"Salvando al Reino de OZ": un canto a la amistad solidaria

(JUAN JESÚS DE CÓZAR) Que la animación europea se está poniendo las pilas es una realidad. Aun sin poder competir con las grandes productoras norteamericanas y sus mega-presupuestos, el salto de calidad que está experimentando este género en países como España, Francia, Gran Bretaña o Rusia así lo certifican. Precisamente desde Rusia nos llega “Salvando al Reino de Oz”, película que se estrenará en las salas españolas el próximo 19 de enero.

Precedida de un gran éxito en su país, la cinta se basa en un relato de Alexander Volkov, matemático y novelista ruso, que recupera a los personajes que L. Frank Baum hizo famosos en su cuento “El maravilloso mago de Oz”. Volkov había realizado en 1939 una traducción libre del libro de Baum, con algunos cambios y añadidos para salvar los derechos de autor. Años más tarde reinició su afición literaria a través de una serie de secuelas de su propia obra; la primera de ellas, publicada en 1963, se titula “Urfin y sus soldados de madera” y es la base del filme que reseñamos.

Salvando al Reino de Oz” nos presenta al astuto y malvado Urfin, que pretende coronarse como rey del fantástico Reino de Oz, apoderarse de Ciudad Esmeralda con sus soldados de madera y cambiarle el nombre a Urfinville. Para impedirlo se pondrá en acción Dorothy, la pequeña y dulce niña con zapatos mágicos, que contará con la ayuda de sus amigos: el perro Toto, el Hombre de Hojalata, el Espantapájaros y el León Cobarde. Pero para poder derrotar a Urfin deben descubrir antes quién es realmente.

Entre aventuras y golpes de humor, la película es un canto a la amistad, a la solidaridad y al esfuerzo, para que la bondad pueda finalmente reinar en esa maravillosa tierra de Oz, que siempre ocupará un lugar de privilegio en nuestro imaginario cultural.

viernes, 12 de enero de 2018

"El gran showman": El fabuloso mundo del circo

(JUAN JESÚS DE CÓZAR) El norteamericano Phineas Taylor Barnum (1810-1891) está considerado un pionero del entretenimiento de masas. En una época en la que el teatro, los conciertos y otros eventos artísticos quedaban reservados a las clases altas, Barnum comenzó a ofrecer al “pueblo” curiosas y llamativas funciones, que evolucionaron desde los freak-shows (atracciones que mostraban a personas con deformidades singulares) hasta el conjunto de actuaciones que irían conformando el mundo del circo: “El mayor espectáculo del mundo”, tal como lo bautizó Cecil B. De Mille.

El gran showman”, película musical estrenada el pasado 29 de diciembre, se inspira en la vida de Barnum, pero no pretende ser un riguroso biopic de este incansable hombre de negocios. En primer lugar, porque el guión que firman Bill Condon y Jenny Bicks pasa de puntillas por las diversas fases de su vida, para centrarse en su faceta creativa y en la relación con su familia; y sobre todo porque las intenciones de la cinta están claras desde el principio: brindar al espectador un brillante espectáculo visual y musical, con una moderna puesta en escena ideada para transmitirle el optimismo y el espíritu emprendedor y soñador del protagonista.

Para lograr este objetivo, el debutante Michael Gracey ha contado con un formidable reparto de actores, actrices y cantantes, encabezado por un pletórico Hugh Jackman, nominado al Globo de Oro. Junto a él, Michelle Williams, Zac Efron, Rebecca Ferguson, Zendaya y Keala Settle, en los papeles principales. Salvo Rebecca Ferguson, todos aportan su propia voz a las canciones y se revelan además como notables bailarines.

El aspecto técnico el filme es impecable: la fotografía, el diseño de producción, el vestuario, las coreografías, la labor de edición…, vuelan muy alto gracias al trabajo de destacados profesionales, varios de ellos nominados al Oscar o galardonados con la estatuilla. Y musicalmente “El gran showman” es un auténtico regalo, por la banda sonora de John Debney (“La Pasión de Cristo”) y por los 11 excelentes temas escritos por Benj Pasek y Justin Paul, los letristas de “La ciudad de las estrellas (La La Land)”. La nominación al Globo de Oro de “This is me”, una canción contagiosa, llena de vitalidad y reivindicativa de la dignidad de cualquier ser humano es todo un acierto. Reconocimiento que quizá hubiera merecido también la preciosa balada “Never Enough”.

A pesar de las limitaciones de la película por su esquemático guión y la escasa definición de los personajes, “El gran showman” deja algunos interesantes mensajes de fondo como el respeto a la diferencia, el deber de cuidar de las personas con quienes se trabaja y el sacrificio de los proyectos personales por el bien de la familia. Un entretenimiento de calidad basado en una historia del siglo XIX contada y cantada al ritmo del XXI.

lunes, 8 de enero de 2018

"Una bolsa de cánicas": Infancia volatilizada

(JUAN JESÚS DE CÓZAR) Joseph Joffo, novelista francés judío, publicó en 1973 “Un saco de canicas”, que rápidamente se convirtió en un best seller en Francia y, sucesivamente, en todo el mundo. Traducida a 20 idiomas y con más de 25 millones de ejemplares vendidos, esta obra autobiográfica narra la odisea de dos hermanos judíos de 10 y 12 años (Joseph y Maurice) para escapar de la Francia ocupada por los nazis y salvarse de una muerte segura. Tres años de duro peregrinaje entre 1941 y 1944, recordados por Joseph tres décadas después en un libro que hemos leído varias generaciones y que vale la pena seguir recomendando a los más jóvenes.

Dos veces ha sido llevado a la pantalla grande el relato de Joffo. La primera en 1975 a cargo del director francés Jacques Doillon, cuya versión no acabó de convencer al escritor. La segunda se estrenó el pasado 29 de diciembre en las salas de cines españolas, con el título de “Una bolsa canicas” y la dirección del canadiense Christian Duguay, experimentado realizador de películas y series para la televisión. Joffo ha reconocido que lloró cuando vio el primer montaje del filme y al que escribe estas líneas le ha encantado.

Duguay, 42 años después de la versión anterior, logra una película humanísima, emocionante y llena de coraje, alejada de cualquier tentación de revanchismo, con momentos de tensión bien dosificados y personajes que derrochan una generosidad cercana al heroísmo. Este cierto “limado” de aristas, que algunos críticos le reprochan, convierte sin embargo a la cinta en un producto enormemente positivo e ideal para un público amplio.

Magníficamente interpretada por los niños Dorian Le Clech y Batyste Fleurial, y por Patrick Bruel y Elsa Zylberstein en el papel de sus padres, “Una bolsa de canicas” cautiva también por su ambientación, la hermosa fotografía de Christophe Graillot y la banda sonora del israelí Armand Amar.

A lo largo del filme aparecen comportamientos mezquinos y malvados, pero hay mucha más bondad: personas de buen corazón que, con independencia de raza o religión, reconocen la dignidad de cualquier ser humano y corren riesgos para ayudar a unos niños. Precisamente a estas víctimas inocentes se refería Joseph Joffo en una entrevista reciente: “A causa del terrorismo, muchos niños se ven también hoy obligados a huir de sus casas. Como nosotros hace años, ellos se encuentran en los caminos totalmente aislados y abandonados a sus propios recursos. Espero que la película nos estimule a interrogarnos sobre el destino de estos niños y de estas familias desgarradas”.

martes, 2 de enero de 2018

"Se armó el Belén": cine familiar que brilla con luz propia

(JUAN JESÚS DE CÓZAR) La todopoderosa Sony descubrió hace varios años un nicho de mercado que podría resultar rentable: el espectador cristiano –especialmente el de USA– que busca en la cartelera títulos que reflejen expresamente valores espirituales. Con el fin de llegar a este público nació en 2007 Affirm Films, la división de Sony que se dedica a producir los que se han dado en llamar faith-based films, literalmente filmes basados en la fe. De esta factoría han surgido cintas como “El cielo es real” (2014), “Los milagros del cielo” (2016) o “Resucitado” (2016), por citar algunas de las más recientes.

El último producto de Affirm se estrenó el pasado día 15 de diciembre con el título español de “Se armó el Belén”, el mismo de una película española de 1970 protagonizada por Paco Martínez Soria. Parece una coincidencia intencionada, porque de ninguna manera se parece a “The Star”, que es el título original con el que se ha lanzado en Norteamérica. En México han optado por una traducción más directa como es “La estrella de Belén”, que parece una buena opción.

En cualquier caso, “Se armó el Belén” es un filme de animación muy simpático, dirigido fundamentalmente a niños entre 6 y 10 años. Manteniendo un gran respeto al texto evangélico sobre la Natividad de Jesús, el guión tira de imaginación para presentarnos el Gran Acontecimiento desde el punto de vista de un puñado de animales que han de intervenir para que al final todo salga bien. El “animal principal”, por decirlo así, es un valiente burrito al que la Virgen María llama Bo y que la acompañará hasta Belén. El “reparto” se completa con una inteligente paloma, una fiel oveja, tres cómicos camellos, una vaca, un caballo y dos perros malvados.

Timothy Reckart, el director, ha declarado que es “la película que yo hubiera querido ver de niño: la historia de la primera Navidad presentada de una forma divertida, atractiva y emocionante para toda la familia”. Los personajes de la Virgen y de San José están definidos con trazos sencillos no exentos de gracia: muy humanos y a la vez conscientemente involucrados en los planes de Dios. Los golpes de humor, elegantes, básicos y lineales, no esconden la intención de los productores de atraer a la gente muy menuda, que no siempre disfruta en la cartelera de un título tan “blanco” como este “Se armó el Belén”.

Mariah Carey ha compuesto e interpretado el tema principal del filme, “The Star”, una bonita canción que opta al Globo de Oro 2018.