lunes, 27 de febrero de 2012

Los niños, maestros en el amor verdadero

Sigo con mi promesa de colgar todos los lunes un vídeo positivo: un spot que haga pensar, que aporte optimismo, que muestre que lo comercial es compatible con la ética. Hace tres semanas puse el anuncio de "las ranitas de hojalata", en el que unos nietos mexicanos robaban el corazón de su abuelo. En el de hoy, una niña de 5 ó 6 años nos roba por entero el corazón...

La mayoría de los anuncios nos hablan de ideales muy teñidos de egocentrismo: nos animan a triunfar, a disfrutar… a seducir, a llevar una vida cómoda; cifran la felicidad en ser admirados o deseados. Éste que hoy os ofrezco no habla nada de todo eso. Habla de generosidad, de entrega, de dar lo mejor que tenemos, de sentirnos bien queriendo a los demás. Sobre todo, habla de la inocencia de los niños, de esa aspiración que todos debiéramos sentir por volver un poco a nuestra infancia. Y, allí, aprender a ser mejores.

Este anuncio fue realizado en Barcelona por la agencia Bassat & Ogilvy para la Asociación AFANOC (Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Cataluña), y recibió un merecido galardón en el Festival Internacional de Cannes en el año 2003.

A mí me alegró que lo premiaran. Porque es bueno que la publicidad diga también esto: “Hay más alegría en dar que en recibir. Y este mensaje no lo oímos demasiadas veces en la publicidad.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Semana de oro para "Bastian Films": Goya por "El barco pirata" y Premio nº 130 por otro filme

Hace cuatro días comunicaba en este blog mi inmensa alegría al ver que mi hermano conseguía su sueño: Goya al mejor cortometraje por "El barco pirata". En estos días, la cinta ha recibido críticas elogiosas en diversos blogs de cine: La mirada de Ulises, Cine-forum 2028, etc. Y yo he recibido por mail un centenar de felicitaciones (y otras 200 más en el Facebook) que me han llenado de alegría y de sano orgullo. ¡Muchas gracias, de verdad, por vuestro apoyo! Para quienes no pudisteis seguir la gala, aquí os dejo el enlace al momento mágico (3 minutos) retransmitido por TVE 1 en que Fernando Trullols, como director, y mi hermano Arturo, como productor, recibieron gozosos la tan preciada estatuilla. "El barco pirata" tiene también su página en Facebook, donde se mencionan 16 de los premios que lleva recibidos. ¡Enhorabuena por todos ellos! Sin embargo, la semana ha dado para mucho más. Un cortometraje anterior, "La historia de siempre", producida también por Bastian Films, ha alcanzado el premio número 130. Es también un cortometraje con valores, que estuvo a punto de ser seleccionado para los Goya, y que a mí me gusta casi más que "El barco pirata". Entre los premios recibidos están los de festivales prestigiosos como los de Lucania (Italia), México D.F., Montecatini (Italia), Seattle (U.S.A.), Honk Kong (China), Cartagena de Indias (Colombia) o San Diego (U.S.A). Aquí tenéis una selección de su palmarés. Os dejo con el cortometraje: 12 minutos de cinematografía pura.

La historia de siempre from Marc Zumbach on Vimeo.

domingo, 19 de febrero de 2012

“Bastian Films”, productora de filmes con valores, gana el Goya al mejor cortometraje

Lo siento, pero esta noche no puedo escribir con objetividad. “Bastian Films”, la productora de mi hermano Arturo, ha ganado el Goya al mejor cortometraje de ficción. “El barco pirata”, en dura pugna con los otros cuatro nominados, se ha llevado la tan ansiada estatuilla.

Cuando hace un rato le he visto recoger el premio, no me lo podía creer. Al principio fue sorpresa, luego emoción, y al fin un “¡Gracias, Dios mío!”, que me salió del alma. Porque sé bien todo lo que Arturo ha luchado en estos años por conseguir que filmes con una visión cristiana de la vida pudieran abrirse paso en la cinematografía española.

La cinta, dirigida por Fernando Trullols, centra su argumento en la víspera de la fiesta de Reyes. La sinopsis oficial es la siguiente:

"Es el 5 de enero. David ha pedido a los Reyes Magos un barco pirata y su padre, a punto de ingresar en el paro, les ha querido ayudar con los pocos ahorros que tiene. Lo malo es que los Reyes tampoco son perfectos, y que los deseos no siempre se cumplen…"

Está interpretado por un excelente plantel de actores, encabezados por Alberto San Juan. A él dan réplica Petra Martínez, Antonio de la Torre, Raúl Arévalo, Juan Vinuesa, Font García y Dylan Figueroa. El conjunto de interpretaciones provoca, sin remedio, una empatía natural gracias, sobre todo, a la ternura de la historia.

Os dejo con el cortometraje:


lunes, 13 de febrero de 2012

Spot de la semana: "Amar y perdonar: el valor de la reconciliación"

Si mi trabajo en publicidad no sirve para iluminar el mundo, entonces no sirve para nada. Por eso publico cada lunes un spot que reúna estas tres condiciones: 1) Haga pensar; 2) Aporte optimismo; 3) Muestre que lo comercial es compatible con la ética y puede hacernos mejores.

El vídeo que hoy he seleccionado (ya salió publicado otra vez) es un spot de Coca Cola titulado “Reconciliación”, y fue creado por la agencia madrileña McCann Erickson en 2003. Por su acertada creatividad, mereció ese año el Gran Premio de Oro concedido por AMPE (Asociación de Medios Publicitarios de España) y el Premio al Mejor Spot del año concedido por la APPE (Asociación de Productores de Publicidad Española).

Es un anuncio muy sencillo, pero con una fuerte carga emotiva. Por una parte, nos habla de algunas cosas que dificultan la comunicación en la pareja: utilizar a los hijos como parapeto o como arma arrojadiza; suponer que una respuesta evasiva pretendía humillarnos o hacernos daño; generalizar a partir de un acto concreto como si fuera un defecto del otro imposible de corregir...

En un determinado momento, el chico que actúa de mensajero tiene una feliz inspiración. Y el anuncio empieza a hablarnos de otras cosas, mucho más positivas, y que todos deberíamos tratar de conseguir: olvidar con una sonrisa una palabra amarga, descubrir lo bueno del otro que habíamos ya olvidado, transformar los dardos encendidos en bellas palabras de perdón. Pero, aún más que eso, el anuncio nos habla de esos laberintos en que a veces nos encerramos, haciendo imposible toda comunicación con el exterior.

Hoy, que asistimos al drama de tantas familias rotas, viene bien descubrir que la publicidad, además de vender productos, puede promocionar ideas que nos ayuden a ser mejores.

lunes, 6 de febrero de 2012

Las ranitas de hojalata (De abuelos y nietos...)

Este es un gran anuncio mexicano, ganador de varios premios, que resalta algunos de los valores familiares más bellos: la generosidad, el amor a la familia, el respeto y afecto a los mayores; el pensar en los demás, el sacrificio oculto para que los otros logren sus metas... Y, sobre todo, el cariño de unos nietos por su abuelo, al que saben ya mayor y necesitado de ayuda.

La escena comienza de un modo muy normal y cotidiano. En el desayuno de un sábado cualquiera, cuatro hermanos hacen planes para esa mañana: "¿Qué tal si vamos de tiendas? Podemos...". De repente, todos reparan en que el abuelo se ha puesto su mejor traje, y se hace el silencio. Sólo el más decidido se atreve a decir: "Hoy va a ser un gran día, abuelo". Y logra la primera sonrisa de su yayo: "Gracias, mi vida".

Entonces, como impulsados por un resorte, todos dejan sus platos de cereales y salen de estampida a por las bicicletas. En realidad, les mueve el amor. Por eso se atreven a pedir en las tiendas de chucherías una cosa verdaderamente extraña: "Señor, ¿no tiene Vd. esas ranitas de hojalata de colores?". Sorpresa en el tendero. Y el chico se va. Y vuelta a empezar en otra tienda: "¿No tiene Vd. ranitas de hojalata de colores?" Nueva sorpresa. Y nueva apariencia de desidia: "Bueno, adiós. Gracias".

Al final -no quiero desvelar el secreto- advertimos que todo ha sido una pequeña muestra de amor. Me corrijo: una gran muestra de amor. Porque ese amor es gigantesco, y hace que esta historia sea inmensa y haga derramar lágrimas de gratitud a todos los abuelos que aún mantienen joven su corazón.

El lema final es todo un legado: "Que tengan un buen corazón depende de ti". Ojalá hubiera más anuncios como éste. Porque los niños aprenderían la grandeza que han atesorado sus mayores, aunque tantas veces no la advirtamos. Y los mayores descubrirían la inocencia y el amor que pueden encerrar esos nietecillos aparentemente traviesos. Que lo disfrutéis.