lunes, 7 de enero de 2019

Repaso a las mejores campañas de esta Navidad

Esta Navidad ha sido generosa en campañas emotivas y con valores. Primero nos sorprendió el spot de Lotería de Navidad (“Otra vez 22”), con un Scroge egoísta y solitario que cada mañana, al despertarse, vuele a vivir la lotería del 22 de diciembre: un simpático homenaje a Dickens (y al Día de la marmota).

Después llegó Ruavieja con su interpelación sobre el poco tiempo que dedicamos a nuestros familiares y amigos… y su definitiva propuesta: “Tenemos que vernos más”.

La nota más alta en emotividad y reflexión la puso IKEA, con su spot de preguntas y respuestas a varias familias que se preparan para Nochebuena: todos conocen la vida de los famosos y de las redes sociales, pero desconocen lo más importante y cercano: cómo se conocieron tus padres, cuál es el grupo musical preferido de tu hijo, cuál es el sueño incumplido de tu mujer...

Después tuvimos la sorpresa de Leche Pascual: la historia de una madre creativa que, en la víspera de Reyes, convierte un robo desalmado (apenas les ha quedado nada) en un simpático desaguisado de Sus Majestades.

Y, en fin, el anuncio #BelieveInChristmas nos hizo ver que hasta las aristas más punzantes de un erizo (en realidad, cualquiera de nosotros) pueden suavizarse y convertirse en armonía cuando hay verdadera amistad.

Antes de olvidar para siempre esta fecunda Navidad de 2018, quiero compartir con vosotros otras campañas que han sabido también tocar la fibra de nuestro corazón. Os agradeceré que me digáis cuál de todos -también de los anteriores- os ha gustado más:

1. Bouygues Telecom: La marca francesa de telecomunicaciones nos ha ofrecido la historia de un padre y su hijo a través de los años. Empieza con un padre que quiere hacer reír a su bebé con una canción de Redbone, y termina… con un claro mensaje de volver a la familia en Navidad.



2. El Corte Inglés: También para esta marca española las relaciones familiares están muy en el centro de su campaña navideña. La figura de un padre que educa, acompaña y dedica tiempo a su hijo, que es capaz de hacerse niño cuando está con él, se convierte en la gran propuesta para todos nosotros.



3. Apple: Con una brillante animación, que nos sitúa perfectamente en el punto de vista infantil, Apple nos cuenta la maravillosa historia de una niña imaginativa que, por vengüenza, no quería que nadie viera sus creaciones. Su lema es todo un proyecto de vida: “Comparte tu don”.



4. Cruz Roja: Nos emocionó con su campaña “El único regalo que Santa Claus no puede entregar”. En plena zona de guerra, Papa Noél se encuentra con las manos atadas, a pesar de su valentía y de su impronta mágica. Y es que hay cosas que nadie puede arreglar, salvo –quizás– la propia Cruz Roja. Todo un mazazo sobre la conciencia del espectador.



Y ahora, por favor, decídmelo: ¿cuál de todos os ha gustado más? Me encantará saberlo y compartirlo. ¡Feliz 2019!

"El regreso de Mary Poppins": cine positivo

(JUAN JESÚS DE CÓZAR) Un título sobrevive con buena salud de la cartelera navideña. Una película con viejas resonancias para tantas familias de muchos países, que entre 1964 y 1965 pudieron conocer en las salas de cine a esa hada-niñera llamada Mary Poppins. Casi 55 años después, ese mítico personaje que tanto nos admiró de niños ha vuelto a la gran pantalla de la mano de Disney y de un director experto en musicales: Rob Marshall.

El regreso de Mary Poppins quizá no haya colmado del todo las expectativas, pero es justo reconocer el esfuerzo de los productores por mantener en la secuela el espíritu de la obra original, en la que tanto se implicó Walt Disney. Emily Blunt quizá no tenga el carisma de Julie Andews (¿o es solo nostalgia?), pero compone a una Poppins reconocible, entrañable, coqueta y extravagantemente encantadora.

Si la acción de Mary Poppins se situaba en el Londres de la década de 1910, ahora nos encontramos en la misma ciudad y en 1930, en plena depresión económica. Jane (Emily Mortimer) y Michael (Ben Whishaw), los niños de la familia Banks, son ahora adultos y se encuentran en una difícil situación. Jane sigue soltera y seriamente comprometida con las causas sociales. Michael enviudó, tiene tres hijos, pocos ingresos y una casa en peligro de embargo. Un peligro que el viento del Este parece haber soplado a Mary Poppins, que se presenta de nuevo en la casa de los Banks. La niñera tendrá como aliado al bueno de Jack (Lin-Manuel Miranda), un optimista farolero.

La cinta ha contado con un generoso presupuesto de 130 millones de dólares; un guión escrito a tres manos por David Magee, Rob Marshall, John DeLuca, a partir de los libros de P.L. Travers; la colorista fotografía de Dion Beebe, ganador de un Oscar; las canciones que han compuesto Marc Shaiman y Scott Wittman; y breves apariciones de otros conocidos actores: Meryl Streep, Colin Firth, Angela Lansbury o el mismísimo Dick Van Dyke, en un guiño al filme de 1964. Y tanta calidad se nota en el espectáculo que nos brindan.

La película es “descaradamente” positiva. Y lo es, en mi opinión, por dotar a los personajes de un aire capriano: Jane, Michael y sus hijos, Jack…, parecen sacados de Qué bello es vivir, o de Juan Nadie, o de Caballero sin espada. Virtudes como la honradez, la veracidad, la capacidad de sacrificio, la generosidad o la solidaridad campan a sus anchas por los 130 minutos de metraje, para disfrute de pequeños y grandes. Sí, aquí el malvado no tiene sitio.