En estas fechas, comienzan a llegar a los medios de formación los listados con “las mejores películas” del año a punto de terminar. Mientras llegan los elencos correspondientes a 2009, voy a ofrecer uno que me parece interesante: “las mejores películas de cine espiritual del año 2008”.
Fue elaborada por Peio Sánchez, Director de la Semana de Cine Espiritual de Barcelona, y publicada en Cinemanet. De las diez allí recogidas, he seleccionado ocho y las he colocado en otro orden, con nuevos comentarios también. Éste es el resultado:
1. Bella, de Alejandro Monteverde
En la cocina de un restaurante mexicano se juntan dos “náufragos” de la existencia: José, un futbolista de élite sumido en la melancolía, y Nina, una joven sin familia ni esperanza que un buen día se sabe embarazada. Para colmo, es despedida en el trabajo por llegar tarde. José le apoya y, sabiendo que nunca ha tenido la felicidad de una familia, se toma un día de vacaciones y la lleva a su casa para que conozca a sus padres. Entre los dos nace un sentimiento de sintonía y acompañamiento que les ayudará a superar sus traumas respectivos y afrontar el gran problema de Nina: va a ser madre cuando no está preparada para ello, y cuando todos los recuerdos de su infancia son oscuros y amargos. Nina no ve otra salida que abortar, pero José le ayuda a descubrir el gran regalo de la vida humana.
2. Alexandra, de Alexandr Sokurov
Aleksandra, una anciana, viaja en un convoy militar ruso a una zona de guerra innombrada, aunque se trata evidentemente de Chechenia. Va a visitar a su nieto Denis, capitán en un campamento militar, y la única familia que le queda. Interpretada de modo formidable por Galina Vishnevskaya, conocida en su país como soprano, de vida a esa abuela atenta a su nieto, del que sabe por sus medias palabras que ha intervenido en acciones brutales, y que sus manos están manchadas de sangre.
Cine de autor con mayúsculas, contemplativo y muy humano, que lanza una mirada a la guerra diferente, nada politizada ni cargada de amargos reproches. Su cámara es testigo mudo de las andanzas de la protagonista. Un canto a la capacidad contemplativa del ser humano; en ese contexto, la oración se presenta como el único camino para una profunda conversión.
3. El Intercambio, de Clint Eastwood
Película de culminación, casi de testamento fílmico, de este gran director. Basada un hecho real de 1928, cuenta la lucha de una joven madre soltera que se enfrenta al gobierno corrupto de la ciudad de Los Ángeles cuando busca a su hijo Walter desaparecido misteriosamente. Los temas espirituales son el implícito fundamental del argumento: el sentido de la esperanza, la posibilidad de la condenación, la Iglesia como memoria social de la justicia y protección de los débiles, la vida eterna y el coraje para vivir.
4. Lars y una Chica de Verdad, de Craig Gillespie
Esta película independiente que se inicia como comedia y culmina como drama cuenta la historia de un joven con dificultades de relación que compra una muñeca hinchable para dialogar con ella y así superar la timidez. La terapeuta aconseja a la familia y al entorno que le sigan la corriente, y esto dará lugar a una interesante y personal revolución. Se trata de una cinta sobre la comunicación y el crecimiento humano, sobre el dolor y la soledad. Además ofrece una visión de la fe en Jesucristo y de la Iglesia muy positiva, que ayuda a crecer en confianza y a dar sentido a la propia vida.
5. La Escafandra y la Mariposa, Julian Schnabel
Basada en la novela autobiográfica de Jean Dominique Bauby, carismático redactor jefe de la revista francesa Elle, quien sufrió una embolia masiva en 1985. Después de pasar 20 días en coma se descubrió que era víctima del "locked-in syndrome" (encerrado en sí mismo). Totalmente paralizado, sin poder moverse, comer, hablar ni respirar sin asistencia, se ve prisionero de su propio cuerpo, y sólo es capaz de comunicarse con el exterior mediante el parpadeo de su ojo izquierdo. Historia conmovedora, que huye del sentimentalismo fácil y aborda con valentía temas como el sufrimiento, el deseo de morir y de vivir, la atención de los tetrapléjicos, el sentido de la vida, la espiritualidad. El cineasta aporta mucho de su cosecha, pero a la vez sabe jugar con los símbolos originales imaginados por Bauby, como el de sentirse atrapado dentro de un claustrofóbico traje de buzo, o la capacidad de expresarse moviendo los párpados, como si del batir de las alas de una mariposa se tratara.
6. La Ola, de Dennis Gansel
Alemania hoy. Durante la semana de proyectos, a un profesor de instituto se le ocurre la idea de un experimento que explique a sus alumnos cuál es el funcionamiento de los gobiernos totalitarios. En apenas unos días, lo que comienza con una serie de ideas inocuas como la disciplina y el sentimiento de comunidad se va convirtiendo en un movimiento real: LA OLA. Al tercer día, los alumnos comienzan a aislarse y amenazarse entre sí. Cuando el conflicto finalmente rompe en violencia durante un partido de waterpolo, el profesor decide no seguir con el experimento, pero para entonces es demasiado tarde, LA OLA se ha descontrolado...
Filme que plantea directamente el problema del mal y su expansión en nuestras sociedades. Basada en un hecho real: el experimento que en 1967 realizó Ron Jones en un instituto de California para intentar explicar el origen de los regímenes autocráticos. Reflexión sobre el mal culpable, sin tapujos, donde lo preocupante es la naturalidad con la que se desencadena el proceso y como el ser humano necesita una lucidez acompañada para salir de este perverso mecanismo que sigue siendo una amenaza.
7. Ahora o Nunca, de Rob Reiner
A pesar de algunas limitaciones del guión, las magníficas actuaciones de Jack Nicholson y de Morgan Freeman añaden profundidad dramática a la historia de fondo: dos amigos que se conocen en el hospital y reciben a la vez la noticia de su próxima muerte se lanzan a cumplir una lista de deseos antes de que sus vidas se acaben. Elaborada desde el contraste interpretativo de caracteres y posicionamientos ante la vida es una magnífica reflexión sobre la amistad, la fe en Dios y la esperanza en el más allá. Impresionante el diálogo en el avión sobre la existencia de Dios.
8. Cometas en el Cielo, de Marc Forster
La película se inicia en San Francisco donde Amir acaba de publicar su primera novela. En ese momento recibe una carta desde Pakistán que le recuerda una dolorosa traición. Estamos en el Afganistán de 1978, y su infancia se desarrolla feliz como hijo de una rica familia pastún. Allí cuenta con la amistad de Hassan, hijo de un sirviente de su padre, de etnia hazara. Los amigos juegan con las cometas al viento, ayudándose uno al otro. Sin embargo, el choque con el fundamentalismo y la debilidad interesada del joven pastún les separarán casi para siempre.
Basada en el best-seller de Khaled Hosseini, relata con profunda emotividad la historia de una amistad, una familia, terribles errores y amor redentor. El filme habla de los errores -o siendo más claros, los pecados- que todo ser humano comete, junto al sentido de culpa, y la posibilidad de reparar por ellos y redimirse a través del perdón y la entrega al otro, y por la mirada a Dios, resumida en la frase "Hay un camino para volver a ser bueno".
Fue elaborada por Peio Sánchez, Director de la Semana de Cine Espiritual de Barcelona, y publicada en Cinemanet. De las diez allí recogidas, he seleccionado ocho y las he colocado en otro orden, con nuevos comentarios también. Éste es el resultado:
1. Bella, de Alejandro Monteverde
En la cocina de un restaurante mexicano se juntan dos “náufragos” de la existencia: José, un futbolista de élite sumido en la melancolía, y Nina, una joven sin familia ni esperanza que un buen día se sabe embarazada. Para colmo, es despedida en el trabajo por llegar tarde. José le apoya y, sabiendo que nunca ha tenido la felicidad de una familia, se toma un día de vacaciones y la lleva a su casa para que conozca a sus padres. Entre los dos nace un sentimiento de sintonía y acompañamiento que les ayudará a superar sus traumas respectivos y afrontar el gran problema de Nina: va a ser madre cuando no está preparada para ello, y cuando todos los recuerdos de su infancia son oscuros y amargos. Nina no ve otra salida que abortar, pero José le ayuda a descubrir el gran regalo de la vida humana.
2. Alexandra, de Alexandr Sokurov
Aleksandra, una anciana, viaja en un convoy militar ruso a una zona de guerra innombrada, aunque se trata evidentemente de Chechenia. Va a visitar a su nieto Denis, capitán en un campamento militar, y la única familia que le queda. Interpretada de modo formidable por Galina Vishnevskaya, conocida en su país como soprano, de vida a esa abuela atenta a su nieto, del que sabe por sus medias palabras que ha intervenido en acciones brutales, y que sus manos están manchadas de sangre.
Cine de autor con mayúsculas, contemplativo y muy humano, que lanza una mirada a la guerra diferente, nada politizada ni cargada de amargos reproches. Su cámara es testigo mudo de las andanzas de la protagonista. Un canto a la capacidad contemplativa del ser humano; en ese contexto, la oración se presenta como el único camino para una profunda conversión.
3. El Intercambio, de Clint Eastwood
Película de culminación, casi de testamento fílmico, de este gran director. Basada un hecho real de 1928, cuenta la lucha de una joven madre soltera que se enfrenta al gobierno corrupto de la ciudad de Los Ángeles cuando busca a su hijo Walter desaparecido misteriosamente. Los temas espirituales son el implícito fundamental del argumento: el sentido de la esperanza, la posibilidad de la condenación, la Iglesia como memoria social de la justicia y protección de los débiles, la vida eterna y el coraje para vivir.
4. Lars y una Chica de Verdad, de Craig Gillespie
Esta película independiente que se inicia como comedia y culmina como drama cuenta la historia de un joven con dificultades de relación que compra una muñeca hinchable para dialogar con ella y así superar la timidez. La terapeuta aconseja a la familia y al entorno que le sigan la corriente, y esto dará lugar a una interesante y personal revolución. Se trata de una cinta sobre la comunicación y el crecimiento humano, sobre el dolor y la soledad. Además ofrece una visión de la fe en Jesucristo y de la Iglesia muy positiva, que ayuda a crecer en confianza y a dar sentido a la propia vida.
5. La Escafandra y la Mariposa, Julian Schnabel
Basada en la novela autobiográfica de Jean Dominique Bauby, carismático redactor jefe de la revista francesa Elle, quien sufrió una embolia masiva en 1985. Después de pasar 20 días en coma se descubrió que era víctima del "locked-in syndrome" (encerrado en sí mismo). Totalmente paralizado, sin poder moverse, comer, hablar ni respirar sin asistencia, se ve prisionero de su propio cuerpo, y sólo es capaz de comunicarse con el exterior mediante el parpadeo de su ojo izquierdo. Historia conmovedora, que huye del sentimentalismo fácil y aborda con valentía temas como el sufrimiento, el deseo de morir y de vivir, la atención de los tetrapléjicos, el sentido de la vida, la espiritualidad. El cineasta aporta mucho de su cosecha, pero a la vez sabe jugar con los símbolos originales imaginados por Bauby, como el de sentirse atrapado dentro de un claustrofóbico traje de buzo, o la capacidad de expresarse moviendo los párpados, como si del batir de las alas de una mariposa se tratara.
6. La Ola, de Dennis Gansel
Alemania hoy. Durante la semana de proyectos, a un profesor de instituto se le ocurre la idea de un experimento que explique a sus alumnos cuál es el funcionamiento de los gobiernos totalitarios. En apenas unos días, lo que comienza con una serie de ideas inocuas como la disciplina y el sentimiento de comunidad se va convirtiendo en un movimiento real: LA OLA. Al tercer día, los alumnos comienzan a aislarse y amenazarse entre sí. Cuando el conflicto finalmente rompe en violencia durante un partido de waterpolo, el profesor decide no seguir con el experimento, pero para entonces es demasiado tarde, LA OLA se ha descontrolado...
Filme que plantea directamente el problema del mal y su expansión en nuestras sociedades. Basada en un hecho real: el experimento que en 1967 realizó Ron Jones en un instituto de California para intentar explicar el origen de los regímenes autocráticos. Reflexión sobre el mal culpable, sin tapujos, donde lo preocupante es la naturalidad con la que se desencadena el proceso y como el ser humano necesita una lucidez acompañada para salir de este perverso mecanismo que sigue siendo una amenaza.
7. Ahora o Nunca, de Rob Reiner
A pesar de algunas limitaciones del guión, las magníficas actuaciones de Jack Nicholson y de Morgan Freeman añaden profundidad dramática a la historia de fondo: dos amigos que se conocen en el hospital y reciben a la vez la noticia de su próxima muerte se lanzan a cumplir una lista de deseos antes de que sus vidas se acaben. Elaborada desde el contraste interpretativo de caracteres y posicionamientos ante la vida es una magnífica reflexión sobre la amistad, la fe en Dios y la esperanza en el más allá. Impresionante el diálogo en el avión sobre la existencia de Dios.
8. Cometas en el Cielo, de Marc Forster
La película se inicia en San Francisco donde Amir acaba de publicar su primera novela. En ese momento recibe una carta desde Pakistán que le recuerda una dolorosa traición. Estamos en el Afganistán de 1978, y su infancia se desarrolla feliz como hijo de una rica familia pastún. Allí cuenta con la amistad de Hassan, hijo de un sirviente de su padre, de etnia hazara. Los amigos juegan con las cometas al viento, ayudándose uno al otro. Sin embargo, el choque con el fundamentalismo y la debilidad interesada del joven pastún les separarán casi para siempre.
Basada en el best-seller de Khaled Hosseini, relata con profunda emotividad la historia de una amistad, una familia, terribles errores y amor redentor. El filme habla de los errores -o siendo más claros, los pecados- que todo ser humano comete, junto al sentido de culpa, y la posibilidad de reparar por ellos y redimirse a través del perdón y la entrega al otro, y por la mirada a Dios, resumida en la frase "Hay un camino para volver a ser bueno".