viernes, 21 de febrero de 2025

Spot de Volvo EX90: Familia, futuro... seguridad

Ser padre es un viaje maravilloso, pero también un viaje que transforma. Es un aprendizaje para el que nadie nos prepara, un descubrimiento de uno mismo y de la ternura de la que uno es capaz. Porque no se trata solo de criar a un hijo, sino de entregarse a él sin reservarse nada. Como decía Schiller, “lo que nos hace padres no es carne ni sangre, sino corazón”.

El reciente anuncio del Volvo EX90 que quiero comentar hoy arranca con la zozobra de un joven que sabe de pronto que va a ser padre y, justo en ese momento, recibe una llamada de su madre. En la conversación, el joven se manifiesta feliz e inquieto. “Estoy preocupado –le dice–; por la responsabilidad, por las noches en vela”.

Es un temor legítimo. Traer una vida al mundo no es solo una alegría inmensa, sino también un desafío que exige una entrega total. Además, no tenemos un manual de instrucciones, no hay fórmulas infalibles. Solo está el amor y la certeza de que, pese a los errores inevitables, daremos lo mejor de nosotros.

La madre, contenta porque pronto será abuela, responde con ternura: “Te ayudaremos en todo”. Ahí está otra de las grandes verdades de la familia: nadie está solo ante los grandes retos, y mucho menos ante el desafío de ser padre. Criar a un hijo es un esfuerzo compartido, donde cada generación apoya a la siguiente.

Dejar ir, sin dejar de estar

A medida que avanza el anuncio, el padre sigue desgranando sus pensamientos: la ilusión de ver crecer a su hija, la contradicción entre querer protegerla y dejarla marchar: “Quiero verla enamorarse, pero a la vez sé lo que ello significa”.

El amor paterno es un amor que deja volar. No es posesión, sino guía. Porque un día, todo padre tendrá que dar un paso atrás y confiar en que lo sembrado dará  su fruto. Y ver a su hijo tomar decisiones, equivocarse, levantarse… aprender. El verdadero amor consiste en estar ahí, siempre presente, aunque ya no se tome su mano para cruzar la calle . “Estoy emocionado de escuchar lo que aprende sobre el mundo… por ella misma”.

Paralelamente a la conversación telefónica, vemos a una mujer que sube a un Volvo y conduce por una ciudad vacía. Vemos también a la esposa, que sale a realizar compras. No sabemos bien qué papel juegan una y otra en la historia. Pero al final, en un giro inesperado, ambos personajes se encuentran ante una situación trágica. No quiero destripar el anuncio, ni la emoción que transmite este relato. Te invito a que la vivas y la disfrutes por ti mismo.

Lo que sí queda claro es el mensaje: la seguridad es algo vital en la familia. Y esa promesa de seguridad es la que Volvo asume siempre en sus campañas. Por eso aquí, una vez más, familia, futuro... y seguridad están entrelazadas en el desenlace.

En la proximidad del día del padre, este anuncio puede hacernos reflexionar. Porque la paternidad consiste en la entrega sin reservas, sin esperar nada a cambio. Y en ese darse, paradójicamente, es donde encontramos la mayor felicidad.

sábado, 8 de febrero de 2025

El poder transformador del diálogo y la escucha

El anuncio que quiero comentar hoy, de Deutsche TeleKom, narra la historia de dos niñas que se encuentran por casualidad. Una tiene un aire casi mágico, como un duende, y la otra, una apariencia más humana. Sin embargo, la norma impuesta por los adultos –quienes, por miedo y prejuicios, mantienen a raya cualquier posibilidad de conexión– impide que ellas contacten y se conozcan. En cambio, la inocencia de las niñas, similar a la que afirma Saint-Exupéry en El Principito (“solo se puede ver bien con el corazón”), las impulsa a cuestionar por qué no pueden relacionarse.

La lección es clara: para que surja la comunicación, es necesario romper ese “muro de cristal” invisible formado por prejuicios y miedos; no tanto el muro físico, sino el simbólico.

Aunque se trate de un anuncio de las navidades pasadas, su mensaje sigue siendo sorprendentemente actual: el poder de la comunicación y del diálogo para cambiar el mundo. Y, al hablar de “diálogo”, no me refiero únicamente al intercambio de palabras, sino también a un aspecto esencial: la disposición de querer escuchar al otro.

Como señala Stephen Covey: "La mayoría de la gente no escucha con la intención de comprender, sino con la intención de responder." Es un problema bastante común: muchas veces, mientras alguien está hablando, en lugar de prestar plena atención, ya está pensando en la respuesta. Por eso necesitamos redescubrir la escucha empática, escuchar con el propósito de entender las emociones y necesidades del que habla.

Otro punto importante que vemos en este spot es la posibilidad de comunicarse sin palabras, solo con las emociones, o con la mirada. Rainer Maria Rilke decía: "Los silencios grandes y verdaderos no necesitan palabras". Y es que, en momentos de conexión emocional profunda, el silencio puede ser el lenguaje más poderoso. Cuando compartimos una emoción fuerte (como el amor, la amistad, la compasión o el dolor), las palabras se vuelven innecesarias, incluso pueden ser un estorbo.

En momentos así, los ojos pueden comunicar más que las palabras. Nietzsche lo expresaba de este modo: "Hay pensamientos que solo pueden ser dichos con una mirada". Una mirada de complicidad –como la que vemos en las niñas del anuncio– puede encerrar un entendimiento mutuo, una conexión emocional profunda o incluso un mutuo deseo de acabar con los muros de cristal que separan a los adultos.

Escuchar en medio del ajetreo diario


Hoy, más que nunca, es fundamental detenerse y escuchar a los demás especialmente a los seres queridos desde una perspectiva auténtica. En el ajetreo diario, el ruido y la prisa a menudo nos impiden compartir tiempo con los otros, escucharlos y aprender de ellos. Cuando empatizamos con sus emociones lo cual requiere un cierto tiempo, estamos en una posición privilegiada para comprender a la otra persona, disculparla o alabarla según los casos, y también transmitir lo más personal, lo más profundo que tenemos. Las diferencias de puntos de vista dejan de ser un obstáculo cuando el encuentro se convierte en un diálogo interpersonal.

Como decía al comienzo, el mensaje de este anuncio trasciende la temporalidad navideña. Es una invitación a vivir la comunicación, la empatía y la escucha a lo largo de todo el año; y a construir, día a día, puentes de entendimiento y de comprensión.