La idea de esta campaña fue un golpe de suerte. Uno de los responsables de AFAL (Asociación para las Familias con ALzheimer) fue a Córdoba a un Congreso y, al terminar una de las sesiones, salió a conocer la ciudad. Le acompañó una guía turística, Elena, que disfrutaba recordando todos los datos relevantes de la historia de la ciudad. En aquel paseo, Elena le transmitió algo más que los datos artísticos : le hizo vivir el espíritu que permanece en las piedras, el poso de historia, identidad y sentimientos que el tiempo ha dejado allí, y que sigue vivo porque cada día alguien lo recuerda a los demás...
En esa visita turística, el directivo de AFAL cayó en la cuenta de un hecho terrible: somos, en gran parte, lo que conservamos en la memoria: ahí están nuestras raíces, nuestros amores, nuestra historia; sin memoria, no somos nada. Si olvidamos lo que otros hicieron, y si -sobre todo- olvidamos lo que hicimos y amamos, quedamos profundamente reducidos; conservamos, tan sólo, las emociones más elementales de nuestro cerebro primigenio.
El olvido de todo es lo que va transformando al enfermo de alzhéimer en un ser en permanente despedida. Esta cruel enfermedad despoja a quien la padece de su historia enfocada desde sí mismo y, como consecuencia, lo obliga a la exclusiva interpretación ajena. ¡Qué importante es, en esas situaciones, que sepamos dar amor... incluso aunque el enfermo no lo note!
Esta campaña es lo que se llama una acción de "street marketing": una acción que denominaron "giving memory" (regala memoria) para sensibilizar en plena calle sobre una causa que merece nuestra atención. Después se convirtió en campaña gracias a las imágenes que se grabaron en directo.
Una acción bonita, que nos hace reflexionar y nos invita a amar. Es lo más grande y noble que puede conseguir en nosotros una campaña publicitaria...
En esa visita turística, el directivo de AFAL cayó en la cuenta de un hecho terrible: somos, en gran parte, lo que conservamos en la memoria: ahí están nuestras raíces, nuestros amores, nuestra historia; sin memoria, no somos nada. Si olvidamos lo que otros hicieron, y si -sobre todo- olvidamos lo que hicimos y amamos, quedamos profundamente reducidos; conservamos, tan sólo, las emociones más elementales de nuestro cerebro primigenio.
El olvido de todo es lo que va transformando al enfermo de alzhéimer en un ser en permanente despedida. Esta cruel enfermedad despoja a quien la padece de su historia enfocada desde sí mismo y, como consecuencia, lo obliga a la exclusiva interpretación ajena. ¡Qué importante es, en esas situaciones, que sepamos dar amor... incluso aunque el enfermo no lo note!
Esta campaña es lo que se llama una acción de "street marketing": una acción que denominaron "giving memory" (regala memoria) para sensibilizar en plena calle sobre una causa que merece nuestra atención. Después se convirtió en campaña gracias a las imágenes que se grabaron en directo.
Una acción bonita, que nos hace reflexionar y nos invita a amar. Es lo más grande y noble que puede conseguir en nosotros una campaña publicitaria...