Todos hemos conocido a alguien que ha sido padre con más de 50 años. Por eso nos parece tan humana la reacción que vemos en el protagonista: “No me lo esperaba. No me veo preparado… ¡Yo ya no estoy para cambiar pañales”.
Pero todos hemos visto como la paternidad nos cambia el corazón, nos rejuvenece y hace surgir en nosotros una ternura infinita. Yo lo vi en mis padres: ellos rejuvenecieron cuando fueron abuelos por primera vez… Vi el despertar de una nueva ternura que nos emocionó a todos sus hijos. La madurez es también una época para amar, para dar lo mejor de sí mismo.
El anuncio es la narración nostálgica de un hombre ya acomodado que un buen día sabe que va a ser padre. Primero sobre viene el desconcierto, la angustia, el miedo a verse superado… Pero luego, cuando ve la carita del bebé recién nacido, todo cambia. Es preciosa la frase que pronuncia cuando coge al niño en sus brazos y lo recuesta sobre su hombro: “Entonces agarré el teléfono y llamé a todos mis amigos para decirles que la beba y yo habíamos llegado a un acuerdo: Yo le cambio los pañales y ella me cambia la vida…”.
Esta publicidad llega en directo al corazón de la audiencia, y muy especialmente a quienes tenemos padres que superaron los cincuenta. Creo que a todos nos ayuda a ver el mundo de otra forma. “Si pudiera elegir, elegiría tenerte…”.
Pero todos hemos visto como la paternidad nos cambia el corazón, nos rejuvenece y hace surgir en nosotros una ternura infinita. Yo lo vi en mis padres: ellos rejuvenecieron cuando fueron abuelos por primera vez… Vi el despertar de una nueva ternura que nos emocionó a todos sus hijos. La madurez es también una época para amar, para dar lo mejor de sí mismo.
El anuncio es la narración nostálgica de un hombre ya acomodado que un buen día sabe que va a ser padre. Primero sobre viene el desconcierto, la angustia, el miedo a verse superado… Pero luego, cuando ve la carita del bebé recién nacido, todo cambia. Es preciosa la frase que pronuncia cuando coge al niño en sus brazos y lo recuesta sobre su hombro: “Entonces agarré el teléfono y llamé a todos mis amigos para decirles que la beba y yo habíamos llegado a un acuerdo: Yo le cambio los pañales y ella me cambia la vida…”.
Esta publicidad llega en directo al corazón de la audiencia, y muy especialmente a quienes tenemos padres que superaron los cincuenta. Creo que a todos nos ayuda a ver el mundo de otra forma. “Si pudiera elegir, elegiría tenerte…”.
Es una historia muy emocionante, aunque so sé hasta qué punto es congruente con la publicidad de una operadora de telefonía.
ResponderEliminarMe parece que los anuncios argentinos que nos pones últimamente tienen un estilo muy parecido: historia tierna y profunda, presentada suavemente y con final feliz. Todos adolecen, en mi opinión, de nexo fuerte con el objeto a publicitar. Lo mismo valen para bizcochos que para teléfonos móviles.
Pero se me han saltado las lágrimas.
Es emocionante, sí. Y tienes razón al señalar que, en general, la publicidad cada vez enlaza menos sus productos con la historia.
ResponderEliminarEn todo caso, aquí se nos habla de una necesidad de comunicar algo íntimo a los amigos: decirles que "la Eva y yo hemos llegado a un acuerdo: Yo le cambio los pañales y ella me cambia la vida…".
Gracias por tu aportación. Un saludo.
Me encanta haber descubierto este blog!
ResponderEliminarMagnífico anuncio y magnífico comentario...Pero lo que dice es "la beba y yo hemos llegado a un acuerdo", no?
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