Ivette Soto, una puertorriqueña muy alegre que tuve como alumna de Doctorado, me envía este anuncio de su país para la sección “El spot de la semana”. No veía a Ivette desde hacía varios años, pero este curso hizo un viaje por Europa, se acercó de nuevo a Málaga y recordamos viejos tiempos. Ahora me regala este vídeo, como apoyo para el blog. Gracias, Ivette; y ojalá que muchos de vosotros os animéis a buscar en la memoria spots y vídeos con valores que puedan iluminar nuestras vidas... al menos, durante una semana.
Esta campaña de Pan Pepín enlaza perfectamente con la filosofía de la marca: el amor a Puerto Rico, la bondad de sus gentes, el hogar de familia, el valor de la amistad… El spot se estrenó en la televisión puertorriqueña el 25 de junio de 2009, y fue uno de los anuncios más comentados del año. Entre otras cosas, porque todos los actores que vemos en él son empleados de Pan Pepín, lo que manifiesta su identificación con la empresa. También fue comentada la participación del compositor Angel “Cucco” Peña, que ofrece aquí una canción pegadiza, mezcla de aires caribeños y música espiritual negra, de gran eficacia comunicativa.
La historia empieza de noche, en medio de un fuerte aguacero. Cuando todo presagia tristeza y desolación, estalla la música –colectiva, alegre- que nos habla del valor de la comunidad. A continuación vemos varias situaciones de desamparo en las que alguien recibe ayuda de un desconocido o de quien menos esperaba.
Primero, un joven médico atraviesa la noche destemplada para atender a un hombre viejo y enfermo. Después, una madre y su hija –abandonadas en pleno desierto por el reventón del coche- reciben la ayuda desinteresada de un policía que pasaba por allí. Más tarde, una madre a punto de dar a luz es ayudada con afecto por un grupo de jóvenes enfermeras. Luego un chico, en la hora del recreo, decide partir su bocadillo, aunque duda si dar al otro o la parte más grande ola más chica. Y así hasta la última, la más entrañable: una mujer llega a casa cansada del trabajo. ¿Estará todo por hacer? No, su marido, con más buena voluntad que eficacia, prepara la cena en la cocina mientras juega con los niños. De repente, el cansancio de la madre desaparece y su cara se ilumina de felicidad.
El mensaje es claro. La grandeza de cada hombre está en su capacidad de servir a los demás; no en los triunfos que consigue, sino en la felicidad que deja a su paso. El anuncio nos habla de eso: del amor en lo pequeño, del valor de la familia, de la solidaridad entre los hombres. Sobre todo, de la hermosura de una nueva vida, y del afecto en los detalles cotidianos. “Más bueno que el pan, sólo tú”. Buen lema para los tiempos que corren.
Esta campaña de Pan Pepín enlaza perfectamente con la filosofía de la marca: el amor a Puerto Rico, la bondad de sus gentes, el hogar de familia, el valor de la amistad… El spot se estrenó en la televisión puertorriqueña el 25 de junio de 2009, y fue uno de los anuncios más comentados del año. Entre otras cosas, porque todos los actores que vemos en él son empleados de Pan Pepín, lo que manifiesta su identificación con la empresa. También fue comentada la participación del compositor Angel “Cucco” Peña, que ofrece aquí una canción pegadiza, mezcla de aires caribeños y música espiritual negra, de gran eficacia comunicativa.
La historia empieza de noche, en medio de un fuerte aguacero. Cuando todo presagia tristeza y desolación, estalla la música –colectiva, alegre- que nos habla del valor de la comunidad. A continuación vemos varias situaciones de desamparo en las que alguien recibe ayuda de un desconocido o de quien menos esperaba.
Primero, un joven médico atraviesa la noche destemplada para atender a un hombre viejo y enfermo. Después, una madre y su hija –abandonadas en pleno desierto por el reventón del coche- reciben la ayuda desinteresada de un policía que pasaba por allí. Más tarde, una madre a punto de dar a luz es ayudada con afecto por un grupo de jóvenes enfermeras. Luego un chico, en la hora del recreo, decide partir su bocadillo, aunque duda si dar al otro o la parte más grande ola más chica. Y así hasta la última, la más entrañable: una mujer llega a casa cansada del trabajo. ¿Estará todo por hacer? No, su marido, con más buena voluntad que eficacia, prepara la cena en la cocina mientras juega con los niños. De repente, el cansancio de la madre desaparece y su cara se ilumina de felicidad.
El mensaje es claro. La grandeza de cada hombre está en su capacidad de servir a los demás; no en los triunfos que consigue, sino en la felicidad que deja a su paso. El anuncio nos habla de eso: del amor en lo pequeño, del valor de la familia, de la solidaridad entre los hombres. Sobre todo, de la hermosura de una nueva vida, y del afecto en los detalles cotidianos. “Más bueno que el pan, sólo tú”. Buen lema para los tiempos que corren.
Me ha encantado. Muestra de que con muy poco amor, se hace feliz a las personas.
ResponderEliminarTambién me ha gustado. Con buena música y sirve para alegrar el día, como decía Harry el Sucio :-).
ResponderEliminarRealmente tierno.
ResponderEliminarGracias, Alfonso, por estos mensajes que envías todos los lunes. Son una píldora de alegría para comenzar la semana con optimismo. Este anuncio, en concreto, me ayuda a creer más en la bondad que encierra todo ser humano.
ResponderEliminarEsta muy bueno Alfonso, donde puede buscar mas valores para la ética y la publicidad. Gracias
ResponderEliminarMás referencias sobre ética y publicidad puedes encontrar en este blog, en la Etiqueta "PUBLICIDAD: Spot de la semana" y en este librito mío que está colgado en Internet:
ResponderEliminarhttp://www.icmedianet.org/wp/wp-content/uploads/2010/04/INFORME-ETICA-VALORES.pdf
Un cordial saludo.