Para este Día de la Madre, he escogido un spot que fue ganador de un Lápiz de Oro, los premios a la mejor Creatividad Publicitaria en Argentina. Fue desarrollado por la Agencia FCB Argentina para la operadora Telecom Personal, y en él se plasma su línea de comunicación: “Queremos ayudarte a cumplir tus deseos”.
El anuncio empieza con un vídeo casero, grabado hace años en el cumpleaños de la madre. Todo hace sospechar que ella estaba recién casada.
Sus hijos están viendo ahora en el salón esas imágenes, y disfrutan percibiendo el paso del tiempo: “¡Aquél es papá!”. “¡Mira qué peinado llevaba mamá!”. Todo rezuma calor de hogar: alegría, espontaneidad, familia. De repente sale una gran tarta con las velas encendidas, y el padre agita sus manos ante el grupo de amigos: “¡Un momento, un momento! ¡Pará, pará!”. Luego se dirige a ella: “Cariño, pide tres deseos”.
Entonces se produce el momento mágico. La joven madre dirige sus ojos a la cámara. Parece traspasar el tiempo y el espacio, como si viera más allá: más lejos y más hondo. En el salón, los tres hijos se sienten misteriosamente mirados por ella, contemplados de una manera especial: uno a uno, con un cariño infinito. Se miran entre sí. Ahora comprenden todo... Y vuelven la vista a la pantalla, con una sonrisa de felicidad y de agradecimiento.
Casi no hay palabras. Todo lo que “dice” este spot está expresado en las miradas. ¡Cuánto cariño y entrega… y sacrificio y ternura… y amor y esperanza! Todo eso junto, encerrado en una mirada. Al ver este anuncio, dan ganas de gritar por dentro: “¡Gracias, mamá, muchas gracias!”.
El anuncio empieza con un vídeo casero, grabado hace años en el cumpleaños de la madre. Todo hace sospechar que ella estaba recién casada.
Sus hijos están viendo ahora en el salón esas imágenes, y disfrutan percibiendo el paso del tiempo: “¡Aquél es papá!”. “¡Mira qué peinado llevaba mamá!”. Todo rezuma calor de hogar: alegría, espontaneidad, familia. De repente sale una gran tarta con las velas encendidas, y el padre agita sus manos ante el grupo de amigos: “¡Un momento, un momento! ¡Pará, pará!”. Luego se dirige a ella: “Cariño, pide tres deseos”.
Entonces se produce el momento mágico. La joven madre dirige sus ojos a la cámara. Parece traspasar el tiempo y el espacio, como si viera más allá: más lejos y más hondo. En el salón, los tres hijos se sienten misteriosamente mirados por ella, contemplados de una manera especial: uno a uno, con un cariño infinito. Se miran entre sí. Ahora comprenden todo... Y vuelven la vista a la pantalla, con una sonrisa de felicidad y de agradecimiento.
Casi no hay palabras. Todo lo que “dice” este spot está expresado en las miradas. ¡Cuánto cariño y entrega… y sacrificio y ternura… y amor y esperanza! Todo eso junto, encerrado en una mirada. Al ver este anuncio, dan ganas de gritar por dentro: “¡Gracias, mamá, muchas gracias!”.
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