La historia es muy conocida, pero esta nueva adaptación cinematográfica, escrita y dirigida por Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte, tiene tal encanto que es como si se viera por primera vez. Con un presupuesto de 43 millones de euros, ha sido una de las grandes producciones francesas de 2024 y es un auténtico espectáculo visual: impresionantes localizaciones, fotografía muy cuidada, interpretaciones de gran altura y, sobre todo, una muy buena recreación de la época histórica.
Como es sabido, la narración se centra en la caída y resurrección de Edmundo Dantés, un joven marinero que, a punto de dar su sí a Mercedes ante el altar, es acusado falsamente de complot bonapartista y llevado a la oscura y tétrica prisión de If. La injusta acusación tramada por Danglars, Villefort y su entonces mejor amigo, Fernando, es el inicio de un largo camino de sufrimiento. En If, Dantés se aferra a la vida gracias a un único objetivo: conocer la verdad y hacer que los culpables paguen por ello.
La fortuna hará que en la prisión conozca a un monje que le habla del tesoro de los cruzados, oculto en la isla desierta de Montecristo. Veinte años después, cuando consigue escapar de las mazmorras, se convierte en un hombre rico que, sigilosa y lentamente, pone en práctica su elaborado plan de venganza. Hasta aquí el planteamiento narrativo que todos conocemos.
Atreverse a adaptar a la pantalla un texto de más de mil páginas, no es tarea sencilla, y los guionistas de esta nueva versión fílmica han realizado un esfuerzo titánico para resumir el argumento sin perder ninguna de las subtramas y, a la vez, mantener un firme e interesante hilo argumental que mantienen en vilo al espectador, a pesar de sus casi tres horas de duración. La historia mantiene un ritmo narrativo ágil, con una tensión creciente y unos giros de guion muy bien construidos. La Patellière i Delaporte –que, con Los tres mosqueteros: D'Artagnan y Los tres mosqueteros: Milady, de las que fueron guionistas, firman una particular trilogía de Dumas– demuestran tener un dominio para adaptar aventuras literarias con respeto y profundidad, a pesar de algunas licencias que respetan siempre el espíritu original.
En definitiva, El Conde de Montecristo es una película emocionante que capta la esencia del clásico literario. A la vez, da una vuelta de tuerca a la cuestión de la venganza, ofreciendo un espectáculo moderno y mostrando que, siempre, el amor y el perdón son fuerzas mucho más poderosas que la revancha y la muerte.
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