jueves, 23 de enero de 2025

«El Conde de Montecristo» (2024): traición, venganza, perdón

Entre 1845 y 1846, la novela El Conde de Montecristo fue publicada en dieciocho tomos, formando un total de más de mil páginas. Considerada la mejor obra de Alejandro Dumas, ha sido llevada a la gran pantalla hasta cuatro veces, además de otras versiones en formato serie; de éstas, la más famosa es la coproducción francesa-italiana-alemana, protagonizada por Gerard Depardieu.


La historia es muy conocida, pero esta nueva adaptación cinematográfica, escrita y dirigida por Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte, tiene tal encanto que es como si se viera por primera vez. Con un presupuesto de 43 millones de euros, ha sido una de las grandes producciones francesas de 2024 y es un auténtico espectáculo visual: impresionantes localizaciones, fotografía muy cuidada, interpretaciones de gran altura y, sobre todo, una muy buena recreación de la época histórica.


Como es sabido, la narración se centra en la caída y resurrección de Edmundo Dantés, un joven marinero que, a punto de dar su sí a Mercedes ante el altar, es acusado falsamente de complot bonapartista y llevado a la oscura y tétrica prisión de If. La injusta acusación tramada por Danglars, Villefort y su entonces mejor amigo, Fernando, es el inicio de un largo camino de sufrimiento. En If, Dantés se aferra a la vida gracias a un único objetivo: conocer la verdad y hacer que los culpables paguen por ello


La fortuna hará que en la prisión conozca a un monje que le habla del tesoro de los cruzados, oculto en la isla desierta de Montecristo. Veinte años después, cuando consigue escapar de las mazmorras, se convierte en un hombre rico que, sigilosa y lentamente, pone en práctica su elaborado plan de venganza. Hasta aquí el planteamiento narrativo que todos conocemos.


Sin embargo, esta película trasciende la simple historia de venganza para plantear otros temas: envidia y ambición, culpa y expiación, amor y traición. A diferencia de las tramas de acción modernas, protagonizadas por Liam Neeson, Denzel Washington o Jason Statham, esta adaptación explora la complejidad de las emociones humanas y el peso de las decisiones libres. Los directores profundizan –como ya hiciera, en su momento, Dumas– en las repercusiones morales y emocionales de los actos del protagonista, ofreciendo una reflexión sobre los límites de la venganza y el poder redentor del amor y del perdón


Atreverse a adaptar a la pantalla un texto de más de mil páginas, no es tarea sencilla, y los guionistas de esta nueva versión fílmica han realizado un esfuerzo titánico para resumir el argumento sin perder ninguna de las subtramas y, a la vez, mantener un firme e interesante hilo argumental que mantienen en vilo al espectador, a pesar de sus casi tres horas de duración. La historia mantiene un ritmo narrativo ágil, con una tensión creciente y unos giros de guion muy bien construidos. La Patellière i Delaporte –que, con Los tres mosqueteros: D'Artagnan y Los tres mosqueteros: Milady, de las que fueron guionistas, firman una particular trilogía de Dumas– demuestran tener un dominio para adaptar aventuras literarias con respeto y profundidad, a pesar de algunas licencias que respetan siempre el espíritu original.


En definitiva, El Conde de Montecristo es una película emocionante que capta la esencia del clásico literario. A la vez, da una vuelta de tuerca a la cuestión de la venganza, ofreciendo un espectáculo moderno y mostrando que, siempre, el amor y el perdón son fuerzas mucho más poderosas que la revancha y la muerte.


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