Hay una virtud que todos los lectores de prensa diaria esperamos encontrar en quien nos informa; una virtud que, sin duda, debería ser la primera que los profesores de la Facultad de Ciencias de la Comunicación deberíamos suscitar en nuestros alumnos.
Una virtud que todo informador (en cualquier medio y en cualquier género periodístico) debería tener como principal guía de actuación: el amor a la verdad.
¡Son tantas las solicitaciones a las que se ve sometido un periodista! Una primicia sensacional... pero sin confirmar; un reportaje en exclusiva... pero manipulado por las fuentes; una ocasión de triunfo profesional... pero edificado sobre la mentira. Sí, son tantas las tentaciones que le acechan, que el ejercicio diario de esta virtud requiere una fortaleza interior muy grande. Requiere honestidad, prudencia, ecuanimidad, mesura y, sobre todo, respeto a las personas y a los hechos.
Nada puede ser tan deseado y anhelado por el periodista como la verdad. Sin el afán de buscarla y de encontrarla, no hay ciencia ni conocimiento, y tampoco periodismo.
Sí, son tantas las solicitaciones... que deberíamos insistir más en la formación ética de los periodistas; más aún que en la formación cultural o en la meramente técnica.
En este spot, titulado significativamente "El infierno de los periodistas", se alude a varias de esas solicitaciones, quizás las más vehementes o las más frecuentes. Viéndolo, podemos aprender una gran lección sobre el buen periodismo, pero también descubrir algo para nuestras vidas. Y es que, si no buscamos decididamente la verdad, nos convertiremos en marionetas, y nuestras decisiones son movidas por hilos que nunca terminamos de descubrir: la vanidad, el orgullo, el afán de dinero o de poder...
Lo único que nos libera de todo eso es lo mismo que engrandece la noble e importantísima tarea del periodista: el amor a la verdad.
Una virtud que todo informador (en cualquier medio y en cualquier género periodístico) debería tener como principal guía de actuación: el amor a la verdad.
¡Son tantas las solicitaciones a las que se ve sometido un periodista! Una primicia sensacional... pero sin confirmar; un reportaje en exclusiva... pero manipulado por las fuentes; una ocasión de triunfo profesional... pero edificado sobre la mentira. Sí, son tantas las tentaciones que le acechan, que el ejercicio diario de esta virtud requiere una fortaleza interior muy grande. Requiere honestidad, prudencia, ecuanimidad, mesura y, sobre todo, respeto a las personas y a los hechos.
Nada puede ser tan deseado y anhelado por el periodista como la verdad. Sin el afán de buscarla y de encontrarla, no hay ciencia ni conocimiento, y tampoco periodismo.
Sí, son tantas las solicitaciones... que deberíamos insistir más en la formación ética de los periodistas; más aún que en la formación cultural o en la meramente técnica.
En este spot, titulado significativamente "El infierno de los periodistas", se alude a varias de esas solicitaciones, quizás las más vehementes o las más frecuentes. Viéndolo, podemos aprender una gran lección sobre el buen periodismo, pero también descubrir algo para nuestras vidas. Y es que, si no buscamos decididamente la verdad, nos convertiremos en marionetas, y nuestras decisiones son movidas por hilos que nunca terminamos de descubrir: la vanidad, el orgullo, el afán de dinero o de poder...
Lo único que nos libera de todo eso es lo mismo que engrandece la noble e importantísima tarea del periodista: el amor a la verdad.
Muy bueno. ¡Lo difundo en mi blog!
ResponderEliminarArturo