(JUAN JESÚS DE CÓZAR) Ha salido a la venta en bluray y DVD uno de los 5 filmes de animación que aspiró al Oscar 2015. Se entiende que finalmente se llevara la codiciada estatuilla una película de la factoría Disney técnicamente impecable, “Big Hero 6”, pero personalmente considero que “La canción del mar”, a la que dedicamos este post, está un escalón por encima como obra artística.
Tomm Moore (Irlanda, 1977), el director, es un ilustrador y escritor de cómics, experto en animación y cofundador de los estudios Cartoon Saloon. Si con la primera producción de su compañía, “El secreto del libro de Kells” (2009), también nominada al Oscar, ya alcanzó notoriedad internacional, esta maravilla titulada “La canción del mar” le confirma como uno de los sucesores del genio japonés Hayao Miyazaki, figura de referencia de la animación mundial durante los últimos 40 años.
Moore utiliza técnicas de animación tradicionales, con unos diseños que pueden parecer algo esquemáticos pero que están atentos al detalle y que resultan tremendamente expresivos. Si a la alta creatividad de los dibujos le añadimos el componente poético que impregna cada fotograma, un imaginativo uso del color y de la luz, unos movimientos llenos de armonía, y una extraordinaria banda sonora del francés Bruno Coulais (“Los chicos del coro”) con canciones del grupo irlandés Kíla, se puede calificar su película como verdadera obra de arte.
Pero, ¿qué nos cuenta “La canción del mar”? El guión –coescrito por Moore– mezcla algunas leyendas irlandesas procedentes de tradiciones nórdicas con la historia de dos hermanos, Ben y Saoirse, que viven con su padre en un faro. Una serie de circunstancias obligarán a los dos pequeños a lanzarse a una emocionante aventura, donde realidad y magia se funden para regalarnos un relato muy humano de aprendizaje y maduración, y un gran espectáculo visual. Para construir la narración, los guionistas se han apoyado sobre todo en la leyenda de los selkies, seres mitológicos con apariencia de foca que tenían el poder de transformarse en hombres y mujeres de belleza inigualable; eran focas en el mar y hombres o mujeres en tierra.
“Hay mucha relación entre los paisajes y las historias. Pienso que hay algo casi sagrado en los paisajes –afirma el director–, y hemos intentado plasmarlo en la película, porque creo que todos los paisajes tienen su propia historia, su significado”. Respecto a la proliferación de símbolos celtas en el film, explica Moore que sobre todo predomina el círculo, que está presente en casi todos los fotogramas de la película: “El círculo nos recordó el seno materno y cómo los niños buscan a su madre”, resume.
“La canción del mar” es una encantadora fábula para toda la familia, con un final optimista y emotivo. Probablemente los más pequeños queden atrapados sobre todo por el magnetismo de las imágenes y no capten del todo el argumento, pero entenderán los elementos más evidentes y positivos de la cinta: el cariño a los padres y a los hermanos, la importancia de comprender a los demás y de pedir perdón, el respeto a la naturaleza, la grandeza de la bondad, la valentía… Una historia irlandesa con corazón universal.
Tomm Moore (Irlanda, 1977), el director, es un ilustrador y escritor de cómics, experto en animación y cofundador de los estudios Cartoon Saloon. Si con la primera producción de su compañía, “El secreto del libro de Kells” (2009), también nominada al Oscar, ya alcanzó notoriedad internacional, esta maravilla titulada “La canción del mar” le confirma como uno de los sucesores del genio japonés Hayao Miyazaki, figura de referencia de la animación mundial durante los últimos 40 años.
Moore utiliza técnicas de animación tradicionales, con unos diseños que pueden parecer algo esquemáticos pero que están atentos al detalle y que resultan tremendamente expresivos. Si a la alta creatividad de los dibujos le añadimos el componente poético que impregna cada fotograma, un imaginativo uso del color y de la luz, unos movimientos llenos de armonía, y una extraordinaria banda sonora del francés Bruno Coulais (“Los chicos del coro”) con canciones del grupo irlandés Kíla, se puede calificar su película como verdadera obra de arte.
Pero, ¿qué nos cuenta “La canción del mar”? El guión –coescrito por Moore– mezcla algunas leyendas irlandesas procedentes de tradiciones nórdicas con la historia de dos hermanos, Ben y Saoirse, que viven con su padre en un faro. Una serie de circunstancias obligarán a los dos pequeños a lanzarse a una emocionante aventura, donde realidad y magia se funden para regalarnos un relato muy humano de aprendizaje y maduración, y un gran espectáculo visual. Para construir la narración, los guionistas se han apoyado sobre todo en la leyenda de los selkies, seres mitológicos con apariencia de foca que tenían el poder de transformarse en hombres y mujeres de belleza inigualable; eran focas en el mar y hombres o mujeres en tierra.
“Hay mucha relación entre los paisajes y las historias. Pienso que hay algo casi sagrado en los paisajes –afirma el director–, y hemos intentado plasmarlo en la película, porque creo que todos los paisajes tienen su propia historia, su significado”. Respecto a la proliferación de símbolos celtas en el film, explica Moore que sobre todo predomina el círculo, que está presente en casi todos los fotogramas de la película: “El círculo nos recordó el seno materno y cómo los niños buscan a su madre”, resume.
“La canción del mar” es una encantadora fábula para toda la familia, con un final optimista y emotivo. Probablemente los más pequeños queden atrapados sobre todo por el magnetismo de las imágenes y no capten del todo el argumento, pero entenderán los elementos más evidentes y positivos de la cinta: el cariño a los padres y a los hermanos, la importancia de comprender a los demás y de pedir perdón, el respeto a la naturaleza, la grandeza de la bondad, la valentía… Una historia irlandesa con corazón universal.
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