martes, 26 de enero de 2021

“Los niños de Windermere” (2020, Movistar+)

(JUAN JESÚS DE CÓZAR) Interesante y reciente coproducción anglo-germana disponible en Movistar+, que relata un episodio poco conocido. En agosto de 1945, finalizada la Segunda Guerra Mundial, 732 niños fueron acogidos durante unos meses para su rehabilitación en diversos lugares del Reino Unido; varios cientos de ellos residieron en unas instalaciones cercanas al lago Windermere. Eran judíos supervivientes del Holocausto que habían quedado huérfanos, con secuelas en sus cuerpos y profundamente heridos en sus almas a causa de la atroz experiencia vivida.

Se trata de una película muy didáctica, con un enfoque descriptivo e informativo que domina sobre las historias personales. Una opción que incide en la visión de conjunto y aleja sentimentalismos, aunque emocionalmente puede sentirse algo distante. Los británicos Michael Samuels y Simon Block, director y guionista respectivamente, concentran su atención en dos niveles narrativos: por su lado, la evolución de media docena de jóvenes, a través de sus impresiones, recuerdos, traumas, pesadillas e ilusiones; por otro, el esfuerzo de los profesionales que les ayudaron, y que actuaron con una sensibilidad exquisita y una generosidad digna de elogio.


Oscar Friedmann, un psicólogo judío, fue el responsable de esta iniciativa. Le da vida convincentemente el actor alemán Thomas Kretschmann: sus gestos serenos, sus palabras siempre amables, su actitud comprensiva y su sentido positivo conforman una personalidad muy atractiva, de hombre que sabe querer a las personas. El resto del elenco juvenil cumple correctamente, aunque no haya caras conocidas, y se ha puesto un gran cuidado en la ambientación, como es habitual en las producciones inglesas.

Los testimonios de los supervivientes reales han sido fundamentales para reconstruir la historia y oímos sus voces al comienzo del filme: “Me arrancaron de los brazos de mi padre y me llevaron con ellos…”, “Por las noches veíamos el resplandor de los hornos….”, “Había cadáveres esparcidos…”, “Siempre muertos de hambre. Solo pensábamos en comer…”, “Cogieron a los 10.000 niños, los llevaron a Chelmno, los metieron en las cámaras de gas y los enterraron en fosas comunes…”. Pero no se trata de una cinta pesimista ni hay escenas desagradables. Es más, puede resultar muy apropiada para verla en familia y dar a conocer a los más jóvenes este tipo de historias que, sin ocultar el dolor que conllevan, presentan también comportamientos heroicos y nos pueden hacer más humanos.




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