El mes de agosto pasado trajo a nuestras pantallas un thriller protagonizado por Uma Thurman y Evan Rachel Wood tiulado "La vida ante sus ojos" dirigida por Vadim Perelman (realizador de "Casa de arena y niebla") y con guión basado en la novela homónima de Laura Kasischke. Es una película que llegó a España con año y medio de retraso y que trató de hacerse un hueco en la cartelera veraniega. Y lo consiguió.
La película parte de la amistad entre dos chicas adolescentes que se han decantado por dos modelos opuestos: Maureen es responsable, inocente y católica; Diana es rebelde, liberal y sarcásticacon la religión. Casi al principio, Diana le dice a su amiga : “¿Cuándo terminará esto?, ¿cuándo comenzaremos a vivir?”. La pregunta adquiere una importancia insospechada cuando, encerradas en el baño del colegio antes de una clase, escuchan el ruido de personas que corren, gritos de desesperación y ráfagas de ametralladora. Michael Patrick, otro compañero del que todos se burlan en el instituto, irrumpe armado en el baño, después de matar a una quincena de compañeros (en clara referencia a lo sucedido en la escuela de Columbine). Pero Michael sólo le disparará a una, la cuestión es saber a cuál de ellas. Con gran muestra de cinismo les hace escoger a ellas quién merece continuar con vida.
¿Se puede sobrevivir a una tragedia como esa y ser la misma persona? ¿Qué cambios puede producir una experiencia así en una adolescente que apenas estaba definiendo su personalidad? La otra Diana que vemos en la película, la que tiene quince años más y que encarna Uma Thurman, es muy distinta. Ahora lleva una vida perfecta: tiene un hogar estable, un marido que la quiere y una respetable carrera de profesora de Historia del arte. El recuerdo de las personalidades contradictorias que tenían ella y su amiga en el instituto atormenta a la Diana adulta, sobre todo a medida que se acerca el decimoquinto aniversario del tiroteo.
El papel de la consciencia
Marcada por los terribles sucesos de ese día, Diana ve como su vida actual se desmorona: su marido pasa cada vez menos tiempo en casa, su hija empieza a faltar a clase y ella comienza a perder el contacto con la realidad.
Recordando el pasado, Diana descubre el poder redentor de su amistad con Maureen, incluso cuando el terrible espectro de violencia amenaza en el horizonte. En este sentido, la lealtad, el sacrificio por los demás, la integridad, son valores que salen reforzados. Pero sobre todo se ensalza el valor de la consciencia y del juicio que distingue el bien del mal, y que nunca calla cuando hemos elegido el camino equivocado.
Cabe destacar, entre esos errores, el aborto provocado que tuvo de adolescente. En este sentido, durante la película se ahonda en la dura experiencia que vive una mujer que toda su vida tiene que arrastrar la responsabilidad de haber decidido por la vida de otra persona.
(Tomado de: Forum Libertas)
(Tomado de: Forum Libertas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario