El spot de esta semana recibió varios premios interna-cionales, entre ellos un León de Oro en el Festival de Cannes. Fue realizado por la Agencia J. Walter Thompson de Buenos Aires, bajo la dirección de Andy Fogwill.
Narra la historia de una limpiadora de un gran hotel cuya vida está sumida en la más completa rutina. Una noche, accidentalmente, pulsa el botón de la videoconferencia, y al otro lado de la pantalla aparece un vigilante nocturno de un país muy lejano. Ambos se miran, y sus miradas lo dicen todo. La limpiadora apaga la conexión, pero algo queda en la mente de ambos.
Cuando, al día siguiente, pulsa de nuevo la videoconferencia, el vigilante es sorprendido mientras se peina… por si ella “regresa”. Es la hora de las presentaciones. Ella es Clara, y vive en Buenos Aires. Él es Vladimir, y vive… ¡en Moscú, a 13.500 kilómetros! Pero no importa. “Mañana, a esta hora”. Es todo lo que ella dice, por gestos.
Y empieza así esta deliciosa historia de amor. Una historia en 3 partes -con un final emotivo y sorprendente- que nos dice algo a los hombres de todas las culturas: el amor puede surgir, crecer y hacerse fuerte también en la separación. El amor es más poderoso: supera todas las distancias.
Lo más conmovedor es el carácter humilde de los protagonistas. Dos personas sencillas que nunca hubieran sabido nada el uno del otro, sino hubiera sido por la tecnología. Una historia de amor entre desheredados: no tienen nada, pero a la vez lo tienen todo. Porque en esa “cena de gala” no hay nada que les separe. Una bella parábola para nuestra sociedad: hiperconectada pero totalmente aislada. Y una historia muy bien contada, en pocos planos –los necesarios–, que ayuda a creer en el amor, en la amistad, en las cosas buenas de la vida. (Por cierto, la canción "Quelqu'un m’a dit" es interpretada por Carla Bruni). Que lo disfrutéis.
Narra la historia de una limpiadora de un gran hotel cuya vida está sumida en la más completa rutina. Una noche, accidentalmente, pulsa el botón de la videoconferencia, y al otro lado de la pantalla aparece un vigilante nocturno de un país muy lejano. Ambos se miran, y sus miradas lo dicen todo. La limpiadora apaga la conexión, pero algo queda en la mente de ambos.
Cuando, al día siguiente, pulsa de nuevo la videoconferencia, el vigilante es sorprendido mientras se peina… por si ella “regresa”. Es la hora de las presentaciones. Ella es Clara, y vive en Buenos Aires. Él es Vladimir, y vive… ¡en Moscú, a 13.500 kilómetros! Pero no importa. “Mañana, a esta hora”. Es todo lo que ella dice, por gestos.
Y empieza así esta deliciosa historia de amor. Una historia en 3 partes -con un final emotivo y sorprendente- que nos dice algo a los hombres de todas las culturas: el amor puede surgir, crecer y hacerse fuerte también en la separación. El amor es más poderoso: supera todas las distancias.
Lo más conmovedor es el carácter humilde de los protagonistas. Dos personas sencillas que nunca hubieran sabido nada el uno del otro, sino hubiera sido por la tecnología. Una historia de amor entre desheredados: no tienen nada, pero a la vez lo tienen todo. Porque en esa “cena de gala” no hay nada que les separe. Una bella parábola para nuestra sociedad: hiperconectada pero totalmente aislada. Y una historia muy bien contada, en pocos planos –los necesarios–, que ayuda a creer en el amor, en la amistad, en las cosas buenas de la vida. (Por cierto, la canción "Quelqu'un m’a dit" es interpretada por Carla Bruni). Que lo disfrutéis.
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