El arranque del anuncio presagia tedio y desesperación: "Hola, mamá, soy Laura. ¿Puedo dejarte a los niños esta semana? Aquí están todo el día aburridos, enganchados a la tele...".
Lo intuimos. Una madre con buena voluntad que no puede con sus hijos hiper-tecnologizados. Con el fantasma de la vuelta al cole, intenta capear la última semana de vacaciones enviándolos a la casa rural de los abuelos. "Quizás lo que necesitan es un poco de aire fresco", piensa. Pero, en el fondo, ella misma no cree en el milagro.
Y, sin embargo, el milagro ocurre. Los abuelos, la naturaleza, la casa de campo: todo se alía para un nuevo descubrimiento. El milagro ocurre, sobre todo, en el alma de Pepe, ese adolescente que no sabe quién es y que siempre está aburrido: "Está rarísimo, lo único que le importa son los videojuegos y chatear en el ordenador".
En pocos días, empiezan a surtir efecto la vida sana y el afecto de los abuelos. Sobre todo ellos: ya no son "los viejos", eternos olvidados en la ciudad, sino unos segundos padres que saben derrochar cariño y abrirles los ojos a las cosas buenas de la vida. La comida casera, los juegos al aire libre, los fuegos de campamento; escuchar el mugido de una vaca y ver al ternero cómo se amamanta; coger con las manos los huevos recién puestos, y tumbarse sobre la hierba para ver pasar las nubes; acariciar el trigo alto, y secarse al volver de una excursión, mojados por la tormenta. Y montar a caballo, y dormir en una tumbona, y mirar las estrellas, y despertar con los pájaros. Arreglar una vieja moto se convierte en un desafío... y en un regalo para la madre. ¡Qué satisfacción haber hecho algo útil por su madre!
Al final, Pepe ha cambiado. Y nosotros con él. Hemos vuelto a descubrir esas cosas de siempre que nunca debimos perder. La diversión sana, el amor a la naturaleza, la conversación en la familia. Sobre todo eso: la conversación en la familia. En este spot, el diálogo entre abuelos y nietos se palpa en cada plano, aunque no podamos oírlo. Por eso es tan conmovedora la frase final de la madre dirigida a la abuela: "Mamá, no sé cómo lo haces con los niños...".
El arte de las abuelas para encandilar a los nietos es uno de esos saberes que debemos aprender a valorar. En esta sociedad nuestra, que cada día arrincona más a los mayores, es de vital importancia que descubramos estas dos grandes verdades: que la vida natural no debe ser suplantada por la tecnología; y que el lugar de los abuelos es insustituible en la familia: porque ellos tienen la sabiduría de la vida, una sabiduría amable que es la que verdaderamente importa.
Lo intuimos. Una madre con buena voluntad que no puede con sus hijos hiper-tecnologizados. Con el fantasma de la vuelta al cole, intenta capear la última semana de vacaciones enviándolos a la casa rural de los abuelos. "Quizás lo que necesitan es un poco de aire fresco", piensa. Pero, en el fondo, ella misma no cree en el milagro.
Y, sin embargo, el milagro ocurre. Los abuelos, la naturaleza, la casa de campo: todo se alía para un nuevo descubrimiento. El milagro ocurre, sobre todo, en el alma de Pepe, ese adolescente que no sabe quién es y que siempre está aburrido: "Está rarísimo, lo único que le importa son los videojuegos y chatear en el ordenador".
En pocos días, empiezan a surtir efecto la vida sana y el afecto de los abuelos. Sobre todo ellos: ya no son "los viejos", eternos olvidados en la ciudad, sino unos segundos padres que saben derrochar cariño y abrirles los ojos a las cosas buenas de la vida. La comida casera, los juegos al aire libre, los fuegos de campamento; escuchar el mugido de una vaca y ver al ternero cómo se amamanta; coger con las manos los huevos recién puestos, y tumbarse sobre la hierba para ver pasar las nubes; acariciar el trigo alto, y secarse al volver de una excursión, mojados por la tormenta. Y montar a caballo, y dormir en una tumbona, y mirar las estrellas, y despertar con los pájaros. Arreglar una vieja moto se convierte en un desafío... y en un regalo para la madre. ¡Qué satisfacción haber hecho algo útil por su madre!
Al final, Pepe ha cambiado. Y nosotros con él. Hemos vuelto a descubrir esas cosas de siempre que nunca debimos perder. La diversión sana, el amor a la naturaleza, la conversación en la familia. Sobre todo eso: la conversación en la familia. En este spot, el diálogo entre abuelos y nietos se palpa en cada plano, aunque no podamos oírlo. Por eso es tan conmovedora la frase final de la madre dirigida a la abuela: "Mamá, no sé cómo lo haces con los niños...".
El arte de las abuelas para encandilar a los nietos es uno de esos saberes que debemos aprender a valorar. En esta sociedad nuestra, que cada día arrincona más a los mayores, es de vital importancia que descubramos estas dos grandes verdades: que la vida natural no debe ser suplantada por la tecnología; y que el lugar de los abuelos es insustituible en la familia: porque ellos tienen la sabiduría de la vida, una sabiduría amable que es la que verdaderamente importa.
Alfonso. Me ha encantado este "post" tuyo. Ahora mismo lo comparto en facebook!!!
ResponderEliminarEste vídeo me ha recordado que se puede crear un bon ambiente en la mesa cominedo pizza con los hijos y que los abuelos son los mejores aliados y conciliadores que tenemos. Lo reflexioné y escribí con mucho cariño y me permito anunciarte:
Mañana martes dia 20 de septiembre mi libro "Som avis" estará en las librerías en catalán reeditado de bolsillo (LaButxaca)sin olvidar que "Conciliar la vida familiar. La comunicación entre padres, nietos y abuelos" (Editorial Styria, sigue en ellas o se puede encargar y se recibe en pocos días.
Saludos desde barcelona
Esta entrada me ha encantado especialmente Alfonso, es más, cuando lo publiqué en mi blog hace unos días supe que este anuncio te iba a gustar y en cuanto lo vieses en la televisión vendría directo a una entrada tuya!
ResponderEliminarY Alfonso te recuerdo un frase supersencilla pero que contiene todo lo que tu has dicho y además es el slogan del spot: "como en casa en ningun sitio" y que gran verdad.
Tienes razón, alvarezprie, esa frase resume todo el contenido del anuncio. Como también el título del post: Un canto a la naturaleza y al amor de los abuelos.
ResponderEliminarY gracias a ti, Victoria, por todo lo que compartes con nosotros. Procuraré hacerme pronto con ese libro: tiene muy buena pinta.
Espero que os animéis y me sugiráis otros spots que encajen en la sección de este blog.
Saludos.